La atención de Don Ernesto, el dueño del Hostal, fue muy atento desde el momento en que llegamos. La ubicación era relativamente cercana al centro y al Centro Vacacional CAFAM que era lo que necesitábamos.

Primero, la encargada de las reservas no quería mantenernos el precio que aparecía en la plataforma, incluso, según ella, era posible que no me hubiera mantenido si no hubiese "llamado para confirmar", cosa que no se menciona en ninguna parte. Segundo, las habitaciones no son nada parecidas a lo que se muestra en Booking. Eran pequeñas, tenían el baño sucio, la TV vieja y el aire acondicionado no funcionaba bien, tanto así que fue necesario acercar la cama lo más posible al aire para poder refrescarnos un poco en la noche. Tercero y más importante: el ruido. Literal fue imposible pegar el ojo en la segunda noche; unos huéspedes pusieron música a muy alto volumen toda la noche, luego cuando se les pedía que por favor la bajaban, lo hacían por un momento y luego la volvían a subir. Intentamos llamar al número del anfitrión pero este nunca contesto, esto demuestra que no hay un mínimo de respeto por normas de convivencia y el descanso por las otras personas. Tal vez esto sea "entendible" teniendo en cuenta que fue en la noche de año viejo y la gente está despierta hasta altas horas de la madrugada pero no justifica el hecho de que no haya respeto por el descanso de los demás. Escogí este hostal únicamente por necesidad y la verdad no volvería a ir, hay sitios mucho mejores y mucho más baratos que este.