Esta casa de ensueño tropical de Bali, ubicada en Padanggalak, a 3 kilómetros al norte de Sanur, es lo que mi esposo Mel y yo llamamos nuestro "tercer hijo" (también tenemos 2 niños). Sobre la base de nuestro matrimonio intercultural, que optó por mezclar la sensación al aire libre y los materiales tropicales de Java nativa de Mel con la madera expuesta, plan de piso abierto y techos altos de los antiguos graneros de mi natal de Massachusetts rural.

Antes de construir, habíamos pasado años viviendo en casas alquiladas en Bali, por lo que teníamos claro lo que queríamos evitar; el tipo de villa que se ve en toda la isla que está construida para parecer romántica (al aire libre, sin puertas, con techo de paja) pero de hecho es muy poco práctica. Viniendo de Nueva Inglaterra, donde los inviernos son duros, siempre pensé que los trópicos eran suaves, pero esas casas me enseñaron lo contrario. Con el calor y la humedad vienen los insectos, el polvo, los mosquitos, las hormigas, el moho, el geco, el humo de los campos en llamas y un ritmo muy rápido de descomposición. En las casas abiertas, no había manera de mantener a la naturaleza fuera. Los mosquitos entraron a su antojo, la paja olía y se derramaba en el suelo, y los geckos que viven en la paja contribuirían a su propia lucha. Durante la temporada de lluvias, todo se mojaba. ¡Y nos pasaríamos una buena parte de cada día limpiando!

Armados con nuestro concepto y una lista de cosas que debemos evitar, elegimos al arquitecto balinés Ketut Arthana. Reconocido internacionalmente, Ketut tiene una reputación para la optimización y gestión de espacio. Al instante entendió nuestra visión. Colocó los techos altos como los de un granero, pero añadió variedad a la línea del techo utilizando las vigas expuestas típicamente balinesas rayadas y bajando un poco el techo de la cocina. Recomendó la loseta sobre la paja por su resistencia, calidad y facilidad de mantenimiento, y descubrimos que al revestir la parte inferior de la baldosa con ratán tejido de color canasta, logramos un efecto suave y natural similar, pero sin los problemas. Ketut colocó puertas y ventanas de vidrio corredizas gigantes alrededor de todo el perímetro, proporcionando a la casa luz y aire libre durante el día, y protección contra insectos, viento, agua y polvo durante la noche y durante las tormentas. Por encima de estas puertas, la Ola añadió un anillo de ventanas rectangulares delgados para la ventilación y el estilo.

Una vez hechos los dibujos, nos hicimos cargo. Mel supervisó el proceso de construcción y diseñé el interior. En lugar de tratar de hacer que la casa encajara en una categoría (rústica, moderna, contemporánea ...), simplemente hice lo que me pareció hermoso. El resultado es una mezcla de influencias, incluidas primitivas y modernas, antiguas y nuevas, en bruto y acabadas. Mi amor por el color mexicano informó mis elecciones de pintura, y elegí muebles de madera viejos, fuertes y sencillos como el de los Shakers y el de Java antiguo.

Me sentí aliviado cuando, al final, todo se juntó.

El color es un tema importante. El espacio habitable principal tiene un piso de terrazo color crema que contrasta con dos paredes audaces de papaya naranja y otra de azul marino. Las ventanas de ventilación contienen monedas de vidrio coloreado enmarcadas en teca, que brindan calidez y brillo a todo el espacio. Los pisos de la cocina y los dormitorios son de colores ricos en azulejos de cemento de estilo holandés tradicional. Y más rojos, azules, amarillos y verdes fluyen a través de vitrales verticales y profundos a lo largo de las escaleras.

Los colores brillantes se basan en materias primas naturales y neutrales, creando lo que el arquitecto Yew Kwan describió como "primitivo de alto estilo". Los árboles de teca crudos enmarcan la cocina y sirven como pilares en la terraza; Barandas de café pelado en forma de Y y barandillas de teca forman las barandillas a lo largo de las escaleras y el balcón; Grandes placas de pizarra y piedras de mármol forman un mosaico en la pared del baño principal. y las piedras grises desgastadas proporcionan drenaje donde la casa se encuentra con la tierra. Un mosaico de piedra caprichosa de animales tropicales bordea la terraza.

En el exterior, la propiedad está rodeada por una cerca de color amarillo mostaza llena de flores. Verdes jardines bordean las paredes. Una piscina con forma de arroz y terrazas llena una esquina, mientras que los frondosos árboles de mango, palmeras y frangipani crean sombrillas contra el sol.

Y se puede ver el mar desde la casa! La habitación del tercer piso no estaba en los dibujos, pero un día, Mel se dio cuenta de que podía ver el mar desde las vigas. Así que levantamos el techo y agregamos una habitación extra, que sirve como retiro para la meditación, el yoga o la escritura, o para que jueguen los niños pequeños.

En los últimos años, Mel y yo regresamos a los Estados Unidos para la educación de nuestros hijos. Hemos estado alquilando la casa desde entonces, pero regresamos a ella cada "invierno" para disfrutarla y cuidarla.

Un inquilino lo expresó de esta manera: "Esta casa tiene una calidez, gracia y arte, pero también es una casa muy habitable, pacífica y relajante, y también fabulosa para el entretenimiento, y muy conveniente para Sanur, Denpasar y Ubud. Muchos recuerdos felices se hicieron en esa casa y queremos volver otra vez si podemos ".




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