La localización, estaba en una plaza muy agradable y céntrica.

Ese día hacía mucho frío, teníamos una máquina de calefacción que no funcionaba correctamente y se nos inundó de agua la estancia. La casera no vivía cerca y, aunque intentó resolvérnoslo de noche, para nosotros ya era tarde y preferimos utilizar unas mantas que sobraban y abrigarnos más, que intentar arreglar la máquina defectuosa. Pasamos frío. Además, esa noche llovió y diluvió muchísimo y entraba frío en la habitación por culpa del agujero de la pared de la máquina del aire, apenas dormimos nada y no estuvimos demasiado cómodos. El trato con la casera fue breve y al irnos no nos preguntó que tal pasamos la noche finalmente ni nada. Algo deficiente la estancia, la verdad.